La pulverización es uno de los aliados de la productividad en el campo. Hecha de modo eficiente combate plagas, enfermedades y maleza, reduce los costes y evita la deriva de productos. Pero algunos factores controlables y no controlables interfieren en la calidad de la pulverización.

Entre los no controlables están las condiciones climáticas, como temperatura, humedad del aire y viento. En situaciones de alta temperatura y baja humedad del aire, la eficiencia de los productos agroquímicos se ve afectada por la rápida evaporación del producto diluido o incluso causando fitotoxicidad en las plantas. Por su parte, las ráfagas de viento pueden acarrear el efecto llamado deriva, cuando se da el desplazamiento de las gotas de pulverización en áreas aledañas y no hacia el objetivo pretendido, perjudicando la cobertura y provocando fallas en la aplicación de los productos.

Aliado a las condiciones climáticas está el desarrollo de las plagas, enfermedades y maleza, lo que hace difícil prever cuáles son las áreas merecedoras de más atención o manejo. Años más secos o más húmedos tendrán total influencia en el surgimiento de plagas, enfermedades y maleza, por eso se recomienda un monitoreo frecuente para una buena planificación de los manejos fitosanitarios.

Por otro lado, la elección correcta de agroquímicos de calidad, en la cantidad necesaria, es una práctica sumamente importante para proteger el potencial productivo de la plantación, evitando pérdidas sin agredir el medio ambiente.

El equipo es también decisivo en la eficiencia de la pulverización. La línea de pulverizadores autopropulsados de Stara tiene tecnología de vanguardia, entregando la mejor calidad y precisión en la aplicación de agroquímicos. El Imperador 3.0, el Imperador 2000 y el Imperador 3000 y 4000 cuentan con tecnología que proporciona más rendimiento operativo, haciendo posible poder aprovechar mejor las condiciones climáticas. La línea Imperador ofrece también ahorro de insumos y aumenta la productividad de su plantación.