Un gran desafío para la pulverización eficiente es elegir el momento correcto para hacer la pulverización; sea por clima, temperatura o etapa de la planta. En el caso del cultivo de maíz, las aplicaciones al final del ciclo son difíciles debido a la estructura de la planta.

La productividad del maíz es definida por cinco componentes diferentes:

1 – número de plantas por hectárea;
2 – número de mazorcas por planta;
3 – número de hileras por mazorca;
4 – número de granos por hilera;
5 – peso del grano.

Dos de ellos, el número de granos por hilera y el peso del grano, son definidos al final del ciclo del cultivo. El número de granos por hilera, se determina en V12 (cuando la planta cuenta con 12 hojas) y VT (etapa de panojamiento). Por otro lado, el peso del grano, se define en R1 a R6, o sea, de la etapa floreciente hasta la madurez de la planta; momento en que esta alcanza su mayor tamaño.

Por lo tanto, la aplicación de agroquímicos, al final del ciclo, merece destaque, pues trae diferentes beneficios para el cultivo. Uno de ellos, es proteger la planta de enfermedades, hasta el final de su ciclo productivo. El otro, es el control de posibles plagas, que puedan venir a atacar en este mismo período. Según estudios de la Fundación MS, hechos a lo largo de siete años en el cultivo del maíz, las aplicaciones tardías de fungicida, o sea, en etapas más avanzadas del cultivo (después del panojamiento), traen un aumento promedio de productividad de hasta 11% en el cultivo.

Para suplir la necesidad de pulverización al final del ciclo, los productores tienen dos opciones: pulverización con aeronaves o con pulverizadores autopropulsados. La ventaja que se tiene, al usar pulverizadores autopropulsados, al compararlo con la desventaja de la pulverización con aeronaves, es la calidad de las gotas que llegan al objetivo, ya que, con la pulverización aérea, parte de las gotas del producto disuelto, se diseminan en el aire. Otro punto es que, actualmente, pueden encontrarse en el mercado, pulverizadores con hasta tres metros de altura de aplicación y vano libre de hasta dos metros, llevando excelentes resultados a la plantación, garantizando la sanidad y alta productividad.